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 Kris Kris
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Tuesday 30 de May de 2006, 00:00:00
Montmalús (02/04/2006).
Tipo de Entrada: RELATO | 5184 visitas

Las mochilas de travesía empezaban a empolvarse en el armario, como las pobrecitas también tienen derecho a disfrutar de la montaña decidimos enlazar dos días durmiendo en algún refugio libre. No queríamos hacer demasiados kilómetros y la cercana zona Cerdanya-Andorra nos pareció perfecta para calmar las ansias montañeras de este fin de semana.


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Tras varias horas hundiéndonos en la nieve y unos últimos minutos en los que ya nos veíamos durmiendo al raso o volviendo con frontales... por fin localizamos el pequeño refugio de Montmalús. No era este nuestro destino inicial, pero si bien sabemos desde que punto iniciaremos la excursión, nunca podemos asegurar a donde llegaremos.

En una semana de incertidumbre finalmente decidimos enlazar dos días de excursión durmiendo en algún refugio libre. El plan inicial consistía en subir por la vall de la Llosa hasta el coll de Vallcivera, cruzar al refugio andorrano de l´Illa donde haríamos noche y subir al Pessons el mismo sábado o el domingo por la mañana antes de emprender el regreso. Un fallo en la elección del equipo nos impedirá poder realizar está ruta que acabaremos cambiando por la del refugio de Montmalús y el pico del mismo nombre. Lo que en un principio parecería un fastidio acabó siendo una suerte porque el enclave del refugio de Montmalús es más agreste y el refugio en si es más pequeño y "acogedor".

7:30 del sábado, aparcamiento de Martinet, punto de encuentro que esta vez no convertimos en vivac. Hoy no toca furgona, salimos con el coche de Jordi después de un inhumano madrugón que nos pone de patitas en la calle en plena noche, bajo un cielo estrellado con alguna nube sospechosa. Mientras cruzamos la collada de Tosses suena el móvil, es Eowyn, por lo visto se han hecho un pequeño lío de carreteras y llegaran más tarde de lo previsto. Nos tomamos el resto de las curvas con tranquilidad y ya en el bar de Martinet nos zampamos un buen desayuno mientras esperamos al resto. Esta vez los integrantes de la excursión somos: Eowyn, Aretha, Waldo, Jordi C, yo y mi perrita Brush que finalmente nos acompañará tras un montón de dudas por el estado de la nieve, esperemos que no se hunda. Para Eowyn será su primera noche de refugio, nunca antes ha dormido en uno, ni siquiera guardado y esto de pasar la noche en uno libre la tiene un poco... preocupadilla.

Todos ya reunidos en Martinet tomamos un último café y partimos en dos coches hacia Lles en busca de la pista de tierra que nos llevará al inicio de la excursión. Aparcamos en un ensanchamiento y preparamos el equipo. Las mochilas de travesía pesan una barbaridad y aún faltan cosas. Cargamos con los crampones, pero dudamos si llevar o no el piolet. Finalmente decidimos cargar con el piolet a cambio de dejar las raquetas en el coche. Ninguno de los integrantes del grupo destacamos por nuestra altura o corpulencia y ya estamos cansados solo de comprobar el peso que deberemos acarrear. Jordi es el único que deja el piolo en el coche y se decide por las raquetas. Tendremos un montón de horas por delante para arrepentirnos de esta decisión errónea y soñar con nuestras abandonadas raquetas que descansan plácidamente en el maletero del coche.

Empezamos a caminar a las 9:25h ascendiendo primero por pista a través del bosque tardando una hora y media en llegar a los primeros tramos con nieve. En un principio son pegotes aislados pero poco a poco aumentan considerablemente. No tardamos mucho más en empezar a hundirnos casi hasta las rodillas. Es un caminar incierto, no nos hundimos a cada paso, solo de vez en cuando y el no saber cuando nos iremos al fondo nos hace pisar con inseguridad como si por caminar más despacio flotásemos más y evitásemos hundirnos. Por suerte el escaso peso de la Brushy la mantiene sobre la capa de nieve sin romperla y ella por lo menos camina fácilmente. Jordi se calza las raquetas y avanza mucho más deprisa que nosotros. Si a la velocidad lenta que llevamos le añadimos los gritos y risas que nos produce este caminar tan patoso, el resultado es que aún nos ralentizamos más, nos lo tomamos a broma y a base de risas y tropezones vamos avanzando.

Caminamos junto al río hasta alcanzar el puente que lo cruza y nos sitúa ya próximos al llano de Prat Xuixirà. Aquí ya hace rato que la nieve es constante . A las 12:15 nos paramos a comer algo en la única mesa de piedra que hay en todo el prado. Apenas 20 minutos y reprendemos la marcha acompañados de nubes altas que hace ya rato abundan en el cielo. Seguimos ascendiendo suave y lentamente hacia la minúscula cabaña d´Esparvers. Es tan pequeña que pasa fácilmente desapercibida, Waldo, Aretha y Eowyn no la conocen y les cuesta localizarla. Son las 13:15h. En este punto se separan tres rutas, a nuestra derecha el GR-11 que por la portella d´Engorg nos cruzaría hacia el refugio del mismo nombre; al frente el GR-107 nos llevaría a la portella Blanca d´Andorra y a nuestra izquierda, nuestra ruta que nos ha de llevar al port de Vallcivera. En este ultimo tramo la cantidad de nieve es mucha, constantemente nos hundimos quedándonos con la nieve por encima de las rodillas. Vemos la cabaña pero no conseguimos llegar a ella, intentamos distintas aproximaciones buscando la zona donde nos hundamos menos. Aretha y Eowyn se hunden a un mismo tiempo casi hasta las ingles y los intentos frustrados por salir de la nieve las mantienen un buen rato muertas de risa.

Pasamos de llegar a la cabaña para no agotarnos inútilmente y paramos para replantearnos la situación. En la última hora hemos avanzado muy poco, estamos más rato intentando salir de los agujeros de nieve que caminando. Hasta el port de Vallcivera nos falta mucho aún y el recorrido es por el fondo del valle, los hundimientos serán constantes y tenemos muchos números de que el agotamiento nos haga tirar la toalla. Consultamos el plano y decidimos acortar hacia el más cercano refugio de Montmalús. El mapa no marca camino pero ascenderemos la fuerte pendiente de la ladera situada tras la cabaña. Al ser más pendiente, vemos que a la que ascendamos un poco la encontraremos venteada y quedaremos libres de nieve, así podremos avanzar mucho más fácilmente. Ascendemos junto al arrollito por ser la zona más despejada y pronto nos encontramos en lo alto de la ladera. Al cambiar de valle de nuevo nos hundimos en la nieve aunque esta vez parece que conseguimos ascender algo más rápidos. Localizamos varios hitos que nos confirman que esto lleva hacia algún lugar. Hito tras hito ascendemos un nuevo repechón y nos situamos en una zona más llana, cerrada al fondo por las crestas junto al pico de Ribuls. El cielo continua nublado haciendo que parezca más tarde de lo que realmente es, la previsión avisaba de posibles lluvias a la tarde. Esperemos que no se cumpla.

Nos dirigimos hacia el fondo del valle superando pequeñas lomas y repechones que en algunos momentos nos hacen sudar de lo lindo. Unas veces al hundirnos nuestro propio peso presiona la nieve dejándonos los pies encajonados en el agujero. Al meter las manos para quitar la nieve y liberarnos estas se nos quedan heladas. Otras veces he de apoyar los bastones horizontalmente sobre la nieve para ofrecer más resistencia y evitar que los brazos se hundan también al intentar sacar las piernas del agujero. Avanzar así es agotador pero las risas aún siguen acompañándonos en este caminar incierto. Jordi con las raquetas va mucho más ligero, bueno, en realidad... él camina sobre la nieve... nosotros nos arrastramos a través de ella. Aprovechando que Jordi camina mejor se dedica a adelantarse en busca de los lagos que nos permitirán orientarnos en el mapa. No conocemos la zona pero según la Alpina hay varios lagos, uno de ellos muy grandote, esperamos poder distinguirlo y que no nos quede oculto por la nieve.

Son ya las cuatro de la tarde y los lagos siguen sin aparecer, si no nos hemos desorientado tendrían que estar muy cerca. En el peor de los casos podríamos intentar regresar a los coches iluminándonos con los frontales, desandando nuestras marcadísimas huellas, pero dudamos de que todos tengamos fuerzas suficientes para este esfuerzo. Mientras intentamos avanzar hundiéndonos lo menos posible Jordi sigue recorriendo lomas buscando los dichosos lagos. El cansancio y la incertidumbre de donde pisar para hundirnos lo menos posible hace que cada vez avancemos más y más despacio. 

Por fin Jordi localiza uno de los lagos. Nos reagrupamos para comprobar nuestra situación. Algo no nos cuadra, si el lago es realmente el que estamos viendo en el mapa... el refugio no está donde debería. No encontramos el refugio. Esto si que ya empieza a preocuparnos. Nos da miedo que no esté bien ubicado en el mapa y que sin darnos cuenta nos lo hayamos pasado de largo. Por fin... tras unos minutos interminables localizamos visualmente el refugio. Uffff... No está en el lado del lago que indica la Alpina, si no completamente al contrario pero por suerte lo hemos visto. Se nos cruza por la cabeza que habría pasado si llegamos a encontrarnos con una niebla espesa como la del otro día en el Noufonts...

Es una casa pequeñita. Apenas se ve un tejadito que sobresale de la pequeña loma que tiene delante. Para llegar aún hemos de recorrer bastantes metros rodeando el lago. Jordi va más ágil pero se para en una piedra unos cuantos metros antes y no quiere ser el primero en llegar. Arrrggggñññññ.... me está entrando un ataque de ansiedad!! Veo la casita desde lejos pero no consigo avanzar deprisa, no paro de hundirme!!! Desde donde estoy no veo la puerta, solo veo la ventana y distingo los barrotes desde aquí. Si se supone que el refugio está abierto... para que coñe tiene barrotes en la ventana??? O tal vez es que está cerrado? Arrgggg... no puedo más, necesito saber si el condenado está abierto o no, pero no hago más que hundirme. Le digo a Jordi que de una puta vez se acerque a comprobar si está abierto y el puñetero se niega, quiere que llegue yo primero, gggñññññññ.... lo mato!!.

Por fin... llego al refugio y veo que hay una especie de leñera vacía, bueno... a las malas... aquí apretujaditos y capiculados... se podría pasar la noche. Esto ya me tranquiliza. Llego hasta la puerta y compruebo gratamente que está abierta. Dentro hay cuatro literas de hierro dobles pero sin colchones, una mesa, un banco, una chimenea e incluso algo de leña. Ahhhh... que descanso, me parece un palacio. Salgo y me reúno con Jordi que por fin se ha decidido a recorrer los últimos metros. El resto aún están un poco más lejos y como Eowyn viene de novata en el tema refugios... decidimos gastarles una pequeña bromita... Nos situamos delante de la leñera y les gritamos que el refugio está cerrado, que hay un candado enorrrrrrrrrme. Mientras se acercan comento con Jordi como podríamos capicularnos en la leñera para dormir y al oír esto aún se creen más que el refugio está cerrado, jijijijijiiiiiiii pobrecitos, que nooooo.... que es broma!!! Está abierto y es todo para nosotros solitos. Son las cinco menos veinte. La tarde está despejando bastante y en el cielo empiezan a brillar trozos azules con grandes nubes rotas.

El enclave es bonito, situado junto al lago grandote que está completamente helado, atravesado por marcas de esquís. Por detrás, al Norte, todo el cresterio del pic Ribuls y hacia el Sur... la Muga, que destaca increíblemente en el paisaje, a diferencia de lo sosota que se veía desde el otro lado mientras subíamos por la pista. Nos apoltronamos en el refugio. La litera de la entrada la destinamos a mochilas y trastos, las restantes las distribuimos usando solo las de abajo. Como son anchas dormiremos de dos en dos, Aretha y Eowyn en una, Waldo solito en la siguiente, y Jordi y yo en la del rincón. Finalmente comprobaremos que Waldo es el que pasará más frío durante la noche, está claro que más que buen material... lo importante es la compañía, jajaja, la próxima excursión procuraremos ser un número par.

El suelo está encharcado y dentro hay un pegote grande de nieve. Alguien debió de dejar la puerta abierta en algún momento. La poca leña que hay está bastante mojada. Hay periódicos y algunos cartones. Nos dedicamos a hacer algunas fotos dentro y fuera. Comemos un poco, muy poco porque queremos cenar temprano y nos dedicamos a ponernos cómodos. Recogemos un poco el refugio, secamos el suelo, algunas fotos más, disfrutamos de las vistas, rellenamos la encuesta del estado de refugios andorranos, un rato de cháchara... y algo más tarde decidimos intentar encender el fuego en la chimenea. La poca leña que hay está bastante mojada. Intentamos hacer una pilita con los cartones y papelitos que vamos encontrando por el suelo y entre la basurilla que hay acumulada. Hacemos varios intentos pero no conseguimos que la llama prenda y no pasamos de una pequeña humareda Rebuscando entre los restos encuentro una especie de tablitas que parecen de cartón o conglomerado del malo, las troceo y las pongo también en la pila a ver si consigo que algo arda. Al acercar el mechero está vez sale una llama enorrrrrrme y todo empieza a arder. El resto se quedan sorprendidos de mi hazaña pero para mi remordimiento de conciencia me doy cuenta que las tablitas de cartón no eran tal, si no que eran tabletas de pastillas para encender el fuego, lo que pasa que al ser marrones parecían cartón. Arrrrgggggg, me he pulido de una sola vez todas las pastillas que más gente podría haber usado!!! Uiinnnsss... el remordimiento me recomcome y estoy un buen rato perjurándome que la próxima vez que vaya a un refugio con chimenea dejaré una caja entera de pastillas para remendar mi error garrafal. De todas formas, con la poca leña que hay y los poquísimos árboles que se ven por aquí no se si alguien más podrá encender otro fuego. Dicen que el gobierno andorrano surte de leña los refugios mediante helicópteros, no se si será verdad. Ya que tenemos este hermoso fuego aprovechamos para calentar algunas botas y calcetines que se han mojado. Nos reímos un buen rato de Jordi, ha puesto las botas a secar y como no tiene zapatillas y el suelo sigue mojado... se desplaza de un lado a otro dando saltos sobre una caja de plástico.

Pasamos un buen rato junto al fuego, charlando, haciendo más fotos y riéndonos de las que ya hemos hecho. A la Brush la acomodo arropada sobre mi saco porque la pobrecita está cansada y anda buscando un rincón seco para acurrucarse. Cenamos caliente a base de fideos, espaguetis, tortillitas de patata... Para cocinar utilizamos la nieve del exterior, está muy húmeda y sorprendentemente nos cunde mucho más que la que recordamos de la excursión del Cadí que cada vez que se fundía nos quedaba en nada. Los utensilios de cocina son lo que faltaba para tener el refugio patas arriba totalmente tomado por nuestros trastos. A eso de las diez nos metemos ya en los sacos. Durante la noche nos acompaña el sonido del viento. La cama resulta menos dura de lo que se preveía pero aún así duermo poco. Debería ir al "wc" pero solo pensar en el frío que hará fuera me da una pereza horrible, la decisión de no salir me mantiene toda la noche en un duerme-vela que de todas formas me permite descansar. No solo nos arrulla el sonido del viento, también se oyen una especie de mordisqueos que erróneamente atribuyen a la Brush, debemos de tener algún otro acompañante de cuatro patas porque la agotadita Brushy no se mueve del saco en toda la noche.

Por la mañana parece que a la gente le cuesta levantarse. El viento que ha estado soplando hace prever que no nos dejará hacer ninguna excursión cómodamente. Ya hay luz de día y definitivamente decido levantarme al "wc", aprovecho y me llevo la cámara por si las luces me ofrece alguna imagen interesante. Curiosamente el inicio del día ha parado el viento casi de golpe. El Sol del amanecer ilumina la cresta del Ribuls dándole un color anaranjado. Las cimas que forman la cresta están unidas por cornisas de nieve también anaranjadas. Poco a poco el sol colorea más y más cimas y comienza a sonrosarse también la Muga. Solo yo estoy fuera del refugio, la sensación de frío intenso, la soledad de la mañana, el silencio total, el ambiente limpio que ha proporcionado el viento, la imagen del pequeño refugio aparentemente insignificante encajado en la nieve junto al lago helado, la cresta que cierra el encuadre con el color rosado en las cimas... todo contribuye a trasmitirme una sensación de relax y bienestar que me inunda. Me recreo unos minutos caminando por los alrededores notando bajo mis botas la nieve ahora completamente dura, siguiendo las marcas profundas que dejamos ayer hundiéndonos continuamente, que diferencia en tan pocas horas. Disfruto de todas y cada una de las sensaciones, habría estado más rato así pero las manos se me están congelando y vuelvo de nuevo al interior del refugio. Cuando entro se levanta Jordi y al ver el día tan despejado se anima a hacer algún pico.

Mientras el resto de dormilones se deciden a levantarse, Jordi y yo nos proponemos hacer la cima redondota que se ve cercana, creemos que es el Montmalús pero no estamos seguros. Finalmente Eowyn se anima también a acompañarnos. Con una sola mochila, las cámaras de fotos, los crampones ya calzados, los piolos y bien abrigaditos... nos vamos rápidos para volver antes de que la nieve comience de nuevo a reblandecerse. Son las 8:30h. Subimos una primera loma dirigiéndonos hacia el collado que vemos a la derecha del pico. Al poco rato Eowyn decide volver al refugio porque de golpe le ha entrado dolor de oídos. Jordi y yo seguimos subiendo. La Brush está muy descansada y corretea con ganas. Flanqueamos una pendiente de bastante inclinación. El estado de la nieve es perfecto. Jordi estrena los crampones que le regalamos y se nota mucho más seguro que con los viejos que tenía ya desafilados.

Al llegar al collado se nos abre la vista del otro lado con el Pessons y los lagos casi completamente ocultos por la nieve. A izquierda del collado se eleva un picacho rocoso con guapas cornisas de nieve que invitan a varias fotos. Dejamos mochila, bastones y piolos en este punto y continuamos por la ladera venteada a nuestra derecha ascendiendo entre hierba y nieve. Pronto llegamos a la cima. Son las 9:30h. En el grandote hito cimero hay unas largas cañas que dan un aspecto feote al pico. Nos recreamos un rato haciendo fotos. Salvo la zona de remontes de las pistas de Grau Roig el resto de las vistas son bonitas. Seguramente sin nieve la zona debe de perder atractivo pero con estas cornisas y estos contrastes del blanco y marrón se ve impresionante. No queremos volver tarde así que acabamos las fotos y bajamos rapiditos atacando ahora la fuerte pendiente directamente, sin flanqueos. De esta forma pronto deshacemos el camino y llegamos al refugio a las 10:00. Como el resto ya han recogido sus trastos nos damos prisa en empaquetar los nuestros mientras nos tomamos un cafetito. Casi a las 11h emprendemos ya el regreso.

La nieve empieza a reblandecerse pero aún andamos con tranquilidad por encima hundiéndonos solo muy de vez en cuando. Nos hacemos varias fotos de despedida al estilo de "los 4 fantásticos" andando todos en línea con las cimas al fondo. Como la nieve está aún de muy buen pisar y encima es bajada... pronto llegamos a la loma venteada que baja en picado hasta la cabañita d´Esparvers. Esta vez entramos para ver como está. La encontramos en mejor estado que el año pasado cuando también estuvimos por aquí. Esta vez no tiene nieve en su interior. Son las 12:15h, foto de rigor junto a la cabañita y continuamos deshaciendo camino. Empezamos a hundirnos más profundamente en la nieve pero vamos perdiendo cota y sabemos que en la pista ya encontraremos menos. A las 12:40h llegamos al Pla Xiuxirá y paramos de nuevo en la mesa de piedra para comer algo. 40 minutos más tarde reprendemos la marcha. El resto del camino lo hacemos un poco más lentos porque a Waldo la parada no le ha sentado bien, al parecer algo de lo que ha comido le ha caído mal y de golpe se encuentra sin fuerzas y con malestar. Xinu-xano vamos regresando, enlazamos con la pista y llegamos a atajo a partir del cual ya sabemos que desaparece la nieve. De aquí al coche ya solo es cuestión de acabar de desandar la pista y algo antes de las cuatro de la tarde finalizamos la excursión.

Hacía días que no montábamos una salida de dos días durmiendo en refugio libre y ya apetecía una excursión con un poquito de carácter aventurero. No pensábamos lo mismo ayer tarde cuando pasaban las horas, no encontrábamos el refugio y no sabíamos si estaría abierto, pero finalmente apareció y a pesar de lo precario nos pareció un  palacio. Solo dos días en una zona no muy agreste, pero como acostumbra a pasar en estos casos y más en tan buena compañía... las vivencias son un montón y todas ellas gratificantes. El error en la elección de material al dejar las raquetas nos forzó a cambiar la ruta pero creo que ha sido mejor así, el refugio y la zona han sido un acierto. Otro fin de semana montañero... otro fin de semana de buenos recuerdos.




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